Hijos de la Tierra
Valle de los caballos
6
Jondalar se frotó el rastrojo que le cubría el mentón y buscó a tientas su mochila, que había dejado apoyada en un pino retorcido.
Una ráfaga de viento agitó las ramas secas del viejo pino cubierto de líquenes, abrió la solapa de la tienda, se coló dentro tensando los cables de retén y sacudiendo los postes, y volvió a cerrarla.